¿Qué se sabe del Rancho Izaguirre?, el lugar de "reclutamiento y exterminio" del crimen organizado en México donde se hallaron fosas clandestinas y restos óseos
- B. David Reyes

- 17 mar
- 3 Min. de lectura

Desde principios de marzo, México ha sido sacudido por la divulgación de información sobre un centro utilizado por presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación, no solo para reclutar y entrenar a jóvenes que se integrarían a sus comandos, sino también para asesinar a aquellos que se interpusieran en su camino.
La difusión de imágenes de cientos de zapatos, huesos calcinados, casquillos de bala y cartas de despedida, hallados en una finca ubicada en una región agrícola de Teuchitlán, a una hora de Guadalajara, en el occidente del país, ha conmocionado a gran parte de la sociedad mexicana.
Sin embargo, el hecho de que las autoridades policiales y militares hubieran descubierto el sitio a finales de 2024, pero no encontraron pruebas suficientes que les permitieran sospechar sobre la magnitud de los sucesos ocurridos en ese lugar, esto ha generado un acalorado debate ya que fue necesario esperar meses hasta que una organización ciudadana encontrara las evidencias.
El Rancho Izaguirre es un terreno rectangular, con construcciones ligeras y rodeado de muros perimetrales, situado en medio de tierras de cultivo. La presencia de miembros del crimen organizado en este lugar fue confirmada el 18 de septiembre pasado, cuando durante un operativo, efectivos de la Guardia Nacional se enfrentaba a hombres armados. Como resultado, diez personas fueron detenidas y otras lograron escapar. Además, dos secuestrados fueron rescatados y se halló un cadáver, según informó la Fiscalía de Jalisco.
La aparición del cadáver llevó a las autoridades a iniciar una revisión del predio, que según la prensa local, tiene una extensión de aproximadamente 10.000 metros cuadrados. No obstante, a pesar de que durante semanas más de diez personas, una retroexcavadora, medidores de compactación de suelo y binomios caninos rastrearon la zona, no se encontró nada, como explicó esta semana el fiscal Salvador González.
La situación dio un giro a principios de este mes, cuando los miembros de Guerreros Buscadores de Jalisco, una organización civil formada por familiares de personas desaparecidas por la violencia, ingresaron al terreno y hallaron restos óseos en fosas clandestinas, así como indicios de que los cuerpos habían sido calcinados. Además, los militares que participaron en la nueva revisión encontraron tres hornos enterrados, según informó el diario mexicano El Universal.

Estos nuevos hallazgos, sumados a las decenas de prendas (493, según la Fiscalía de Jalisco) y restos humanos encontrados, han generado temor en las autoridades de que se hayan perpetrado múltiples asesinatos en el sitio. Hasta el momento, los investigadores han confirmado la existencia de "seis lotes óseos en cuatro espacios" y han asegurado que la ropa y otros objetos hallados corresponden tanto a personas involucradas en "actos ilícitos" como a sus víctimas.
La investigación ha revelado una modalidad que no había sido utilizada previamente por el grupo criminal: además de calcinar los restos, estos fueron ocultados bajo una losa de ladrillo y una capa de tierra.
Los buscadores de víctimas denunciaron que el sitio no estaba custodiado, una irregularidad que la presidenta del país, Claudia Sheinbaum, pidió investigar.
Al ingresar nuevamente a la finca, los miembros de Guerreros Buscadores de Jalisco se encontraron con cientos de objetos personales que les indicaban que por allí habían pasado un gran número de personas. "Desde el inicio encontramos ropa, montículos de ropa, muchísima ropa. Encontramos calzado, que esto fue algo que se hizo viral, porque lo comparaban con unas fotos de la antigüedad, de guerras, de sitios de exterminio. Realmente esto era un sitio de exterminio (…), porque ahí mismo terminaban con la vida de las personas", explicó Navarro a AFP.
Poco después, hallaron libretas con listas de sobrenombres, algunas fotografías, una carta y una identificación. Además, recolectaron casi un centenar de casquillos de bala, lo que añadió más evidencias sobre la magnitud de los crímenes ocurridos en el lugar.
Los hallazgos son otra prueba irrefutable de la gravedad de la violencia que sacude a México. Entre los objetos encontrados, el grupo de buscadores también halló múltiples libretas en las que presuntos secuestrados y reclutados forzosamente por los narcotraficantes habían escrito cartas de despedida a sus seres queridos, lo que subraya la crueldad y desesperación de las víctimas en ese horroroso escenario.







Comentarios